domingo, 1 de diciembre de 2013

Desafío 30 días: Los juegos de rol deberían

Día 30

Los juegos de rol deberían.....




Bien, último día del desafío, no he sido todo lo regular que debía pero al menos voy a poner todas las entradas así que bien está lo que bien acaba.

Defínete como máster

Pues soy una máster paciente, es curioso porque soy impaciente para jugar pero para dirigir es justo lo contrario. No tengo un gran gancho literario, me atasco y no tengo esa capacidad de oratoria que tienen algunos para cortarte la respiración cuando describen una escena pero tengo la paciencia suficiente para lidiar con toda clase de jugadores y siempre intento que todos tengan su hueco en la trama, puedan llevar los personajes que quieren con las historias que les apetezcan y no me asusta que me rompan el guión.


Manía que tienes a la hora de jugar

No puedo jugar sin mi café. Ya es algo ritual, yo tanto para jugar como para dirigir necesito un buen café que me acompañe a lo largo de la sesión. Es así, es lo que consigue que mantenga la atención en las partidas, cosa que a veces me cuesta porque tengo la capacidad de concentración de un gato y como no tengo paciencia si me quedo un rato inactiva pierdo el hilo y empiezo a revolverme sobre la silla.


Los juegos de rol deberían...

Deberían estar mas extendidos, es muy difícil hoy en día encontrar grupos con los que jugar y encontrarse cómodo a la vez.

Tener libros para jugar. No me gustan las ediciones en tapa dura salvo para coleccionismo en la estantería. El lomo se acaba rompiendo si lo usas mucho y al final te das de cabezazos contra la pared porque esa edición tan cara se acaba gastando. Creo que los libros tienen que hacerse para usarse, para poder pasar páginas una y otra vez durante las sesiones sin miedo a que se desgaste y se despegue el lomo porque es una edición de lujo que te ha costado un riñon. Para poder dejárselos a tus jugadores sin que te recorra una gota de sudor no vaya a ser que a tu preciado manual le pase algo o te de escalofríos la idea de que sea de que sea manoseado por otros. Obviamente siempre se puede tener cuidado para conservarlo en condiciones, pero... ¿Os llevarías unos zapatos de calidad al campo para llenarnos de barro? Pues eso.